Y es que cada paso que doy, cada paisaje que guardo en mis retinas, cada segundo que cuento en mi reloj es imaginarlo a tu lado, y duele ver a la realidad jugando a los dados con mi existencia entre sus apuestas, siempre perdiendo.
Hoy no es ayer, pero todavía cierro los ojos deseando que mañana si lo sea, aunque sea solo por un rato, para poder tener el coraje, el valor de mirarte a los ojos y dejarme llevar… eso no va a suceder, no. Pero no importa, porque todas las noches son días de sol, de nuevas oportunidades en mi propio universo, en el que si estas, en el que sé que puedo volver a animar a mi alma a acercarme a vos.
Ayer no es hoy, y nunca vi el camino que me dejara acercarme a tu corazón, pero esta noche es distinta, y aunque sea en mis sueños, sé que voy a tomar tu mano y a decirte, de una vez por todas, que te necesito.
Puede que nunca hayas estado, pero nunca me has faltado…
Anónimo.
9 de marzo del 2014, Buenos Aires, Argentina.